En general, el modelo de producción y consumo de la economía circular se basa en alargar al máximo la vida útil de los productos, en lugar de usarlos una única vez y desecharlos. 

Esto se puede lograr mediante el préstamo en lugar de la compra y dando a los productos una "segunda oportunidad" mediante su reparación, reacondicionamiento e incluso reventa. Cuando un producto llega al final de su ciclo de vida, los materiales pueden ser reutilizados y reciclados. Dicha reducción de residuos y reutilización de materiales y productos terminados no solo es ambientalmente beneficiosa, sino que también genera valor económico al aprovechar recursos ya existentes y evitar costos de producción adicionales.

Por el contrario, el modelo económico lineal tradicional actual, se basa en el consumo de un solo uso. El cual es un modelo insostenible ambiental, económica y socialmente hablando.

La demanda de materias primas está aumentando a medida que crece la población, y muchas de éstas no son producidas localmente, lo que hace que las empresas sean más vulnerables y contribuye a la contaminación ambiental por el transporte de materias primas a las plantas de procesamiento. Un uso más eficiente de las materias primas no solo puede reducir las emisiones de carbono, sino también permitir una gestión más sostenible de los recursos limitados, entre otras muchas cosas. 

En el sector de la madera y el mueble, la sostenibilidad y la transición hacia una economía circular son especialmente importantes, y a diferencia de otros sectores, pueden ser alcanzadas fácilmente con atención y compromiso. El material formativo proporcionado por el proyecto WOODCircle será un recurso efectivo en este sentido.

La reducción de residuos, el ecodiseño y la reutilización pueden ahorrar mucho dinero a las empresas, además de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y ayudar a disminuir los niveles de CO2 en el medio ambiente.